
Homenaje a Moisés Lebensohn a 66 años de su fallecimiento
El pasado jueves 19 de septiembre, José Bielicki, autor del libro “Moisés Lebensohn: el hombre que pudo cambiar la historia”, donó al Instituto Moisés Lebensohn una de las mascarillas mortuorias del dirigente radical, fundador del Diario Democracia de Junín.
El acto se realizó en el Comité Capital de la Unión Cívica Radical, sito en Tucumán 1660 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el mismo se recordó la carrera política y el legado de Lebensohn y asistieron autoridades partidarias y afiliados radicales.
En primer lugar, tomó la palabra la historiadora Edith Gallo, quien se desempeña actualmente como directora de la biblioteca, archivo histórico y centro de documentación de la Unión Cívica Radical que funciona en el edificio de Moreno 2480, en el antiguo Comité Provincia. La licenciada Gallo es, además, investigadora dedicada a temas de género, lo que la llevó a escribir dos ensayos titulados “Las mujeres en el radicalismo argentino 1890-1991” y “Cupo Femenino en la política argentina”. En el marco de su exposición, la licenciada Gallo rememoró la vida política de Moisés Lebensohn y sostuvo que “fue un hombre de pensamiento pero también de presencia y acción social. El legado de Lebensohn no está agotado”. Además, recordó que, cuando Lebensohn presidía el Comité de la Provincia de Buenos Aires en 1950, organizó el Primer Congreso Femenino Radical en Lanús al que asistieron representantes de 250.000 afiliadas mujeres radicales. En el marco de este Congreso, Lebensohn -actuando como su presidente- brindó un discurso en el cual reivindicó la igualdad de derechos de mujeres y hombres en los órdenes cívico, económico o social, el derecho a percibir igual remuneración que los hombres y el derecho de las mujeres de acceder a posiciones directivas de la política, la cultura y la economía.
Con posterioridad, el historiador Luciano De Privitellio se basó en el cuento de Borges “Tadeo Isidoro Cruz” para realizar una semblanza de Lebensohn. Sostuvo que su historia podía ser contada recordando una noche de su vida: el discurso de retirada de la bancada radical de la Convención Constituyente de 1949. Leyó algunas de sus frases más destacadas, no sin dejar de aclarar que Lebensohn era permanentemente interrumpido por el diputado Visca. De ese discurso, De Privitellio destacó el coraje de Lebensohn de haber acusado al justicialismo de fascista en una época en que la actividad política argentina no estaba exenta de persecuciones y restricciones de diversa índole. Además, consideró que el aporte principal de Lebensohn fue haber trazado el programa ideológico del radicalismo. Hasta entonces, De Privitellio recordó que el radicalismo sostenía que “nuestro programa es la Constitución”. Lebensohn, según el referido historiador, fue crucial para acercarle un programa ideológico a la Unión Cívica Radical, más allá de la Constitución.
Luego, el presidente del Instituto Moisés Lebensohn, Hernán Rossi, recordó los orígenes del Instituto que lleva su nombre. Sostuvo que la idea de fundar un instituto de pensamiento y formación radical surgió en 2004, luego del fracaso de la alianza y en medio de una crisis partidaria que vaticinaba el fin de los partidos y el fin de la UCR. Esos fueron los motivos, según Rossi, que propulsaron la creación del Instituto. La elección de Moisés Lebensohn como su nombre se basó en la necesidad de encontrar una herramienta para llenar de ideas y razones la actividad partidaria, así como lo fue Lebensohn en su momento: una mezcla de pensamiento y “pisar el barro”.
Por su parte, José Bielicki contó la historia de la mascarilla mortuoria de Lebensohn y aclaró que la decisión de donar la mascarilla la Instituto que lleva su nombre se basó en la decisión del instituto de rescatar la figura del dirigente radical.
Para finalizar, el donante, José Bielicki, el presidente del Instituto, Andrés Rossi y Edith Gallo, en su carácter de directora de la biblioteca, archivo histórico y centro de documentación de la Unión Cívica Radical, firmaron un acuerdo en el que indicaron que, si el Instituto llega a desaparecer, la mascarilla mortuoria pasará al archivo histórico de la Unión Cívica Radical.