
Dora Dana de Lebensohn, 110 aniversario de su natalicio
Dora Dana de Lebensohn, fallecida a los 96 años en nuestra ciudad, fue una figura destacada del periodismo, acompañó y luego sucedió a su esposo, el brillante dirigente radical Moisés Lebensohn, en la conducción del diario DEMOCRACIA.
En 1997, Junín la nombró ciudadana ilustre, título que pocas veces ha otorgado y que tuvo un general reconocimiento.
Hoy 22 de abril, se la recuerda en el 110 aniversario de su natalicio. Junto a Moisés Lebensohn, compartieron una misma filosofía de la vida. De ideas progresistas, impulsó y acompañó las luchas de su Moy, en búsqueda de la Argentina soñada.
Ambos disfrutaron en los amplios escritorios de la casa que alquilaban en la calle Colón 7, de la lectura de los clásicos franceses y de los poetas contemporáneos. No necesitaban más, tenían una firme convicción para impulsar las ideas necesarias que le permitieran a nuestro país ser un lugar donde la libertad y la justicia tuvieran su máxima expresión dentro del género humano. Lo demás era secundario.
Siempre desde su femenina sencillez, estuvo dispuesta a realizar las gestiones de los proyectos que sirvieran al progreso de Junín, ello con total desprendimiento de apetencias materiales. Fue determinante su actuación—entre otras—para la instalación de los tribunales del Departamento Judicial de Junín y la edificación de la sede y del Banco de la Provincia de Buenos Aires, cuando el presidente del mismo fue el Dr. Juan Prat.
Muerto Moisés, “Democracia”, fue su lugar en el mundo
Atenta a todos los detalles, suave pero firme, mantuvo sus convicciones democráticas y sus ideas de pluralidad que distinguieron al binomio. Mantuvo bajo su dirección, un diario abierto, que habló el idioma superior del decoro y que dio voz a todos los sectores sin distinciones y se preocupó por el avance de la ciudad.
Muchos juninenses la recibieron en sus negocios y en sus casas. A todos los saludaba de igual manera. Amable, sin rencores por las persecuciones políticas y discriminaciones que sufrió su marido. Su calidez y sencillez hizo que todos la llamaran simplemente Dora. Junín la distinguió como “Ciudadana Ilustre”, ella agradeció con total naturalidad. No había buscado honores, ni cargos públicos. Estaba tranquila con su conciencia.
En este diario, su ejemplo y su recuerdo permanente, nos sirven de guía en todo momento.