
Sarmiento vuelve a entrenar mientras dura el malestar por el arbitraje de Pablo Dóvalo
Mientras sigue masticando bronca por el polémico arbitraje de Pablo Dóvalo, en la derrota del sábado pasado ante Barracas Central, por 5 a 3, en el Estadio Eva Perón, el plantel dirigido por Israel Damonte volverá al trabajo por la tarde en el Centro de Alto Rendimiento, obligado a dejar atrás la caída en su primera presentación como local en el Torneo de la Liga Profesional y poner la mente en el partido del próximo viernes, como visitante, frente a Colón de Santa Fe.
Pero, más allá de las urgencias que impone el calendario, en el mundo sarmientista perdura el malestar por las decisiones del juez, que influyeron en el resultado. Principalmente, las críticas apuntan al penal no cobrado por una mano deliberada dentro del área y un gol anulado a Luciano Gondou, que hubiera dejado al equipo de Damonte a tiro del empate.
Además, como efecto colateral del enojo generalizado por los dos fallos más discutidos, emergen también las dudas alrededor de otras jugadas puntuales, como el segundo penal sancionado a favor del visitante -por una leve sujeción del defensor Juan Manuel Insaurralde al delantero Bruno Sepúlveda- y la jugada que derivó luego en la expulsión del mismo marcador central.
Otra vez en la mira aparece Barracas Central, club conducido por Claudio "Chiqui" Tapia -presidente, además, de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA)- al que también se lo cuestionó por haber resultado presuntamente favorecido por los arbitrajes en otros partidos de trascendencia, como la final de la Primera Nacional 2022 por el ascenso, ante Quilmes, y el partido con Patronato de Paraná de la fecha 10 del Torneo de la Liga Profesional de la temporada pasada, que terminó con incidentes.
Preocupación por las lesiones
Además de Dóvalo y Barracas Central, otro de los adversarios más agresivos que debió enfrentar Sarmiento en el arranque de la nueva temporada son las lesiones de gravedad, que le impiden al cuerpo técnico conformar el equipo planificado durante la pretemporada.
Es que a la situación del defensor uruguayo Emmanuel Hernández, que debió ser intervenido en su rodilla, horas antes del debut con Instituto, se sumó la rotura de ligamentos de José Mauri, otro de los refuerzos que llegaron para este campeonato.
El ex jugador del Milan fue uno de los dos cambios obligados que debió agotar prematuramente Damonte por lesión: el otro fue el del lateral izquierdo Franco Quinteros, que dejó la cancha con un posible desgarro.
Además, también el juvenil Federico Paradela sufrió una seria lesión ligamentaria, durante el primer amistoso preparatorio, ante Flandria, también en el Eva Perón. El año pasado, la misma suerte corrieron el mediocampista Guido Mainero -quien aún no pudo regresar- y el arquero Lucas Acosta -regresó a Lanús-.
En ambos casos, como también sucedió con Mauri y Paradela, el denominador común fue que el césped del campo de juego de Sarmiento fue el escenario de los infortunios.
También el Eva Perón fue testigo de otra lesión grave de rodilla, de un jugador rival de Sarmiento: el defensor de Boca Marcos Rojo.