
La rentabilidad cayó 40% y está en los niveles más bajos de la última década
El campo atraviesa un presente complejo: el impacto que la inflación tiene en los costos de los insumos, el aumento de las tasas e impuestos que suben por encima del dólar y la caída en el precio de los granos terminaron por erosionar buena parte de la rentabilidad de los productores.
En poco tiempo se pasó de la euforia, por la quita y baja de retenciones y la devaluación del peso frente al dólar, a un estado de inquietud e incertidumbre, sensaciones que están instaladas entre los productores y frenan intención de siembra e inversiones.
Con ese panorama, desde las entidades ruralistas se pide que se libere totalmente el tipo de cambio, sin intervención del Banco Central para impedir la suba, mientras ya hay una especie de clamor para impulsar una reforma impositiva que contemple los intereses del campo.
Los números no mienten
Con una cosecha récord de 137 millones de toneladas, el clima podría ser de fiesta, pero el aumento de los costos como fletes, insumos y gasoil, son factores que alejan al productor de la posibilidad de volver a sembrar en la nueva campaña al menos las mismas hectáreas de maíz y soja, y lo que queda de trigo.
La baja pronunciada de los precios y el retroceso del tipo de cambio, hacen caer aún más la rentabilidad por hectárea. Durante el 25º Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), los ruralistas calculaban una caída en promedio de u$s60 por tonelada en la soja.
El presidente de la Asociación de la Cadena de Soja Argentina, Rodolfo Rossi, manifestó que “con las actuales retenciones el área agrícola de la soja no crecerá". Rossi impulsa una quita de 5 puntos al actual 30% de derecho de exportación que paga el poroto.
Tiempo de alegría
Hubo razones para generar alegría. En ese sentido, según el portal iProfesional, existen cifras que son contundentes: la quita de retenciones al maíz y al trigo, el desmantelamiento de todo el entramado de restricciones para exportar y un clima más amigable con el campo, apuntalaron una campaña histórica que concluye y que dejó dos récords.
Por un lado, en la Argentina se alcanzó la mayor superficie jamás cultivada, con unas 37 millones de hectáreas trabajadas. Según la consultora especializada Agritrend, pese al embate de las lluvias y a los menores rindes logrados en algunas zonas clave, la expansión de la frontera agrícola permitió alcanzar las 137 millones de toneladas de granos.
Esto implicó un importante salto de 33 millones respecto del promedio logrado durante las últimas diez campañas, motorizado principalmente por el trigo y el maíz.
Malas noticias
Si bien Macri reforzó la idea de que su plan contempla al campo como aliado, hoy el viento de cola de los precios internacionales ya no sopla con la misma fuerza. Además, el panorama se ensombrece otro poco si se tiene en cuenta que los mercados se vieron sorprendidos por el pronóstico de una "súper cosecha" en los Estados Unidos, el mayor productor mundial de soja.
Ese menor impulso en las cotizaciones determinó que el récord de superficie, de toneladas cosechadas y hasta de saldo exportable, no se tradujera en una campaña histórica en términos de dólares. Según Agritrend, el último ciclo dejó un volumen de 96 millones de toneladas para los mercados internacionales, por lejos la mayor marca alcanzada hasta el momento.
Pese a ello, esta cosecha está valuada en u$s28.400 millones y el punto central es que en la última década hubo otros cuatro ciclos que rindieron más en términos divisas. Incluso, la campaña que finalizó en 2011 dejó la friolera de u$s32.800 millones, un 15% más que la que acaba de cerrar, pese a que, para ese entonces, ya estaba totalmente rota la relación entre campo y Gobierno, luego del enfrentamiento por la Resolución125.
Pero ahora los precios son otros: de acuerdo con Agritrend, el promedio de las cotizaciones de los principales cultivos, así como los de aceites y harinas, fue de u$s296 por tonelada, mientras que en la última década el valor se había acercado a los u$s400, un 35% más.
"El año pasado, el campo se benefició con mejores números y márgenes más elevados. Por lo tanto, había un mayor excedente para volcar al resto de la economía. Este año, dicho excedente descendió frente a precios que lucen más deteriorados", detalla Juan Manuel Garzón, economista del IERAL y experto en agro.
Queda muy poco
Para los expertos, si se analiza lo que sucedió en la última campaña, la soja indefectiblemente perdió brillo en términos de rentabilidad, mientras que el maíz sufrió un deterioro importante. En esa línea, Juan Manuel Garzón señala que el último año, producto de la contracción de precios, estos dos cultivos no ganaron la pulseada frente al avance de los costos.
• En el caso de la soja:
-El margen neto por hectárea de la campaña 2015/2016 en un campo propio de zona núcleo había sido de $11.100 (descontando el efecto inflacionario).
-Quien vendió su producción hasta el mes de junio, esa misma hectárea le terminó rindiendo $6.600.
-Esto implicó un derrumbe del 40% en apenas un ciclo y del 52% respecto de la "época de oro" (2007-2014).
-Con estos precios fueron comercializadas 20 millones de toneladas de soja.
-Ahora bien: quien especuló y evitó vender o fijar precio salió un poco mejor parado, pero por poco, logrando un margen neto de $7.150 (hay 35 millones de toneladas para comercializar o fijar precio).
-Igualmente, considerando los costos de siembra y cosecha, esto hoy representa 35% menos que el año pasado (ver cuadro).
• En el caso del maíz, no hubo un repunte de precios en agosto, con lo cual:
-El margen neto por hectárea de la campaña 2015/2016 en campo propio, alcanzó un récord histórico, producto de la quita de retenciones: $16.200.
-Sin embargo, en la actualidad, esa hectárea rinde $7.834.
-Esto significa que, por la caída de precios y aumento de los insumos, el productor maicero hoy recibe un 52% menos.
-Respecto del promedio 2007-2014, cuando la hectárea permitía ganar el equivalente a $12.870, se observa un desplome de casi 40%.
El consultor Salvador Di Stéfano, con base en Rosario, indica que los productores que apostaron todo a la oleaginosa y no realizaron algún tipo de cobertura financiera, hoy están atravesando una situación muy justa.
"Hay una visión generalizada de que el único problema del campo son las inundaciones, pero la realidad es que hay otro conflicto y es que la rentabilidad es muy baja para la soja.
Elecciones y precios
Garzón agrega que "se está viendo una mayor cautela frente al escenario electoral" y esto explica por qué hay más de 32 millones de toneladas de granos sin precio fijado. "El productor ahora entra en un compás de espera, hasta tener más definiciones. Y esto claramente afectará las decisiones de compra y de inversión", señala el experto del IERAL.
En paralelo, Villagra agrega que, en un mercado de esta naturaleza -con costos todavía al alza, mayor incertidumbre política y perspectivas de precios estables-, las peleas por los valores de los alquileres de campos para la campaña que ahora comienza, será definitivamente dura.
Entre los factores positivos que inclinan la balanza figuran el inicio en 2018 del plan gradual de baja de retenciones a la soja, de medio punto mensual, y lo que Macri adelantó como una "reforma impositiva en todos los niveles" para después de las elecciones.
Teniendo en cuenta estas cifras que plantean los expertos, se deduce claramente por qué el reclamo de una menor carga tributaria es cada vez más intensa de parte de la dirigencia ruralista.
“La presión impositiva es asfixiante”
El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Alejandro Barbieri, solicitó eliminar el impuesto inmobiliario complementario y la trasmisión gratuita de inmuebles. En esa línea, durante la inauguración de la ExpoJunin 2017, advirtió que “la presión impositiva es asfixiante” para el campo.
El dirigente solicitó “eliminar el impuesto inmobiliario complementario que hace las veces de impuesto a los bienes personales provinciales y, asimismo, eliminar el impuesto a la trasmisión gratuita de inmuebles” y consideró que “es totalmente inoportuno el revalúo de ARBA”.
Además, Barbieri aseguró que “quedó demostrado que con la quita de retenciones se pudo recaudar lo mismo por el impuesto a las ganancias e ingresos brutos provinciales, dando como resultado una diversificación y mayor producción, con mayor volumen de trabajo, transporte e inversiones”.
Reforzando su pedido por cambios tributarios, el presidente de la Sociedad Rural exigió “comenzar a discutir un sistema impositivo más equitativo y progresista y de esa manera, el estado trabajar en la ampliación de la base de contribuyentes, cosa que hasta el momento no hemos visto”.
En Buenos Aires “es insostenible”
Estimaciones privadas marcan que más de un 65% del excedente que genera un establecimiento agrícola es apropiado por el fisco vía sus distintos impuestos. En esa línea, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), manifestó su preocupación por la creciente presión impositiva que afecta al sector productivo bonaerense y que dificulta el desarrollo regional.
La mesa agropecuaria provincial envío una solicitud al ministro de Economía, Hernán Lacunza, y al director de ARBA, Gastón Fossatti, solicitándole extender el plazo para que los productores realicen los descargos a las notificaciones del revalúo individual que se está efectuando en el territorio, debido a la dificultad que conlleva para muchos productores presentar en tiempo y forma dichos descargos, la cual fue desechada.
Carbap, subrayó que “hacemos un nuevo llamado a la reflexión a quienes tienen responsabilidades en el tema, frente a una presión impositiva en la provincia de Buenos Aires que se torna insostenible”.
Clamor por la reforma
La reforma impositiva es clave para la competitividad del agro, señaló Alberto Padoán, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, quien detalló los tributos que deberían modificarse para mejorar competitividad y bajar los precios al consumidor.
“El sistema impositivo actual, donde existen 25 impuestos nacionales, de los cuales sólo 5 de ellos recaudan el 87% de los ingresos nacionales, debería simplificarse”, explicó Padoán.
“Ingresos Brutos, por ejemplo, es un tributo que grava en cascada y, por efecto de piramidación, ya que se acumula sobre las ventas en todas las etapas del proceso productivo, destacó. También pidió “derogar los tributos municipales” y sugirió que “su base imponible se determine sobre las ventas. Así se evitaría la múltiple imposición y se simplificaría el sistema”.
Asimismo, agregó que “otro impuesto distorsivo que tiene efectos negativos sobre la actividad económica y desalienta la inversión es el impuesto al cheque”.
Bajarán retenciones a la soja
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, aseguró que el Gobierno comenzará a reducir las retenciones a la soja, actualmente en 30%, a partir de enero del año que viene. “Vamos a ir bajándolas a razón de 0,5% por mes”, aseguró el funcionario. El objetivo oficial es reducirlas a 18% al final del mandado de Mauricio Macri.

