
Alberto y Cristina cumplen tres meses de distanciamiento, sin diálogo y pases de factura
Ya pasaron tres meses, poco más de 90 días, desde que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, decidieron cortar el diálogo entre ambos.
El quiebre definitivo, ese que le puso un broche al distanciamiento que al menos públicamente comenzara después del traspié en las PASO del año pasado, fue el acuerdo con el FMI, el cual marcó una ruptura entre los que se encolumnan detrás del jefe de Estado y el kirchnerismo.
Tras el muy frío encuentro entre ambos en oportunidad de la inauguración de las Sesiones Ordinarias del Congreso, sólo hubo una oportunidad en la que uno saltó el abismo que los separa y fue cuando Cristina le envió un ramo de flores y una tarjeta por el nacimiento de su hijo Francisco, en un tono absolutamente protocolar, que Alberto agradeció y su antigua compañera de fórmula contestó: "Era lo que correspondía", según publica Clarín.
Desde entonces lo único que hubo fueron cruces mediáticos, algunos más fuertes que otros, pero por sobre todo una catarata de críticas desde distintos referentes, y no tanto, del kirchnerismo contra el Gobierno, haciendo foco en el ministro de Economía, Martín Guzmán.
La vuelta era, según el día, advertencias de desplazar a funcionarios que responden a la Vicepresidenta en caso de no compartir el rumbo económico o un llamado a distender tanta tensión.
Cuanto más arreciaban los cuestionamientos desde el interior del oficialismo contra el titular del Palacio de Hacienda, más el Presidente se volvía sobre los suyos para fortalecer su Gobierno.
Hubo intentos por acercar las partes, pero ninguno llegó a buen puerto. La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos y la soledad con lo dejaron a la hora de votar el acuerdo con el FMI, lo cual necesitó del acompañamiento de la oposición para que saliera, fueron suficiente para que Alberto Fernández apostara a gobernar sin la persona que lo había designado para que fuera el candidato a presidente del espacio.
Un punto alto en esta grieta fue la renuncia del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, apenas pasó a depender de Guzmán. Para muchos su dimisión fue con el único objetivo de hacer que recaiga más el peso de la lucha contra la inflación en el ministro de Economía, en especial cuando desde el cristinismo no ven creen que pueda revertir la situación actual.
Según apuntan algunos allegados, el Presidente cree que juntarse con Cristina tal como están las cosas sería forzar un momento que podría terminar incluso distanciándolos más.
Por eso los días pasan, los intentos por reunirlos naufragan y la gente continúa presenciando un hecho histórico como si se tratara de una novela, sólo que en la vida real, esa que cada vez le castiga el bolsillo siempre un poco más.