
¿Qué pretende?
La carne bovina sigue aumentando y la ceremonia inicia mucho antes, hoy el momento de la adquisición del bien cárnico representa una experiencia que vale la pena repasar.
Sinónimo de status, el asado es casi un lujo para juninenses que en la semana se tapan con pollo, cerdo y algunas harinas. Mientras tanto, las nutricionistas potencian su legado emancipador reforzando el concepto de “el permitido”.
Ya hemos hablado en este espacio sobre las carnicerías, ahora su proceso de valorización avanza sumando cadenas que toman locales barriales bajo una marca única. A esta variable se le suma el arte de la venta representada en una suma de detalles que conforman las nuevas variables del negocio.
Muchos desconocíamos el secreto, al parecer un error en la selección del carnicero a cargo puede llevarse “puesto” el negocio. La forma de atender a la gente, el mimo a la señora que cree que el artista le reserva “un corte especial” y otras cuestiones que un psicólogo podría explicar mejor.
La experiencia al poder
En algunos casos satisfactoria, en otros no tanto. La espera se naturaliza, la fila se acentúa por el protocolo y, cual boliche el sábado a la noche, las carnicerías despiertan interés en función de la cantidad de personas que espera pacientemente su turno.
Al ingresar al templo, todo puede suceder. Es viernes al mediodía y Stella recibe una respuesta absurda, “noooo!!!!, asado ya no tengo más!!”. Es que algunos carniceros, en un comportamiento extraño “esconden” la mercadería esperando a “sus” clientes, como si en este grupo no se conformara con cada una de las personas que se acerca con intención de compra. A cambio, pretenden despachar el sobrante con argumentos malabarísticos.
Hoy los carniceros son reconocidos y hacerse amigo de uno de ellos es gozar de algunos beneficios. Uno los encuentra en el centro, en el parque o el lago. Tener su Whatsapp es un regalo del cielo y poder hacer el pedido por ese medio la gloria dominguera.
Ahora tienen nombre propio, son una marca registrada. Su estilo y “atenciones” forman parte de un ritual valorado o despreciado según la perspectiva. Exhibir un buen vacío o cortar la costilla respetando las métricas son jugadas propias de estas estrellas. Cual jugadores de fútbol pasan de un lugar a otro con la promesa de “llevarse” consigo a los clientes. Se trata de un mercado que suma complejidad competitiva y ellos son las vedettes más buscadas. Sr. carnicero, ¿Qué pretende usted de mí?