
La consideraban tan peligrosa que la enterraron con una hoz en el cuello que no volviera de la muerte
Arqueólogos develaron nuevos datos sobre una joven “vampiresa” en Polonia enterrada hace más de 300 años singulares “precauciones” para evitar su regreso al mundo de los vivos. Según se pudo determinar, tenía unos 18 años y también tenía un candado en el dedo grande de un pie.