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Capilla Nuestra Señora del Rosario: trabajo social y una multitudinaria procesión
El jueves convocaron a cientos de fieles para una peregrinación por la ciudad; cada semana organizan decenas de actividades en el barrio Emilio Mitre.
Catequesis, ropero, biblioteca, ajedrez, alfabetización de adultos, grupo de oración, apoyo escolar, matemática, computación, pintura, cocina y nutrición, tejido, costura, artesanías y teatro.
Lo que parece una interminable lista de actividades poco conexas entre sí es, en realidad, la precisa cantidad de talleres y clases que ofrece el incansable grupo de personas –la mayoría mujeres– que trabaja alrededor y en la Capilla Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.
Este grupo organizó, además, una procesión que convocó a cientos de fieles que recorrieron la ciudad con la imagen de la Virgen de San Nicolás. Fue el jueves y se realizó por cumplirse los 25 años de la aparición de la Virgen en la localidad bonaerense de San Nicolás.
Los fieles partieron de la parroquia San José, en Lavalle 988, y llegaron hasta donde está ubicada la capilla, en Remedios de Escalada 1348. Allí celebraron una misa y repartieron algunas bebidas y comida.
La elección de la iglesia no fue casual: la capilla está dentro de la jurisdicción parroquial de San José. La influencia principal, sin embargo, es otra.
“Desde siempre nos han ayudado mucho los Maria-nistas. La misa de los sábados, por ejemplo, la da un cura de esa congregación que viene especialmente desde Buenos Aires”, cuenta María Teresa Pacheco de Linares, una de las señoras que colaboran diariamente con la capilla, que aclara que una vez por mes lo reemplaza el sacerdote benedictino Héctor Lordi.
Los comienzos
El “desde siempre” llega hasta mediados de la década del 80´. En ese momento, varias vecinas, preocupadas porque no había en el barrio Emilio Mitre una iglesia o un lugar adecuado para rezar, empezaron a juntarse en la sociedad de fomento.
Al poco tiempo, perdieron ese espacio y empezaron a juntarse en el garage de Mirta de Lobato, una de las señoras que participaban en ese momento y ahora no vive más en Junín.
Aunque el espacio propio parecía todavía quedar lejos, a fines de la década del 80´, consiguieron un terreno y comenzaron a construir la Capilla, que se terminaría en 1992. Ya en ese momento la ayuda de los hermanos marianistas que vivían en nuestra ciudad fue fundamental para llevar a cabo el proyecto.
“Trabajamos mucho y todos pusimos el cuerpo para terminar la Capilla. Fue un esfuerzo muy grande”, cuenta Elizabeth Cuatrocci.
A principios de esta década los hermanos maria-nistas dejan de tener una casa en la ciudad. El reemplazo llega de inmediato con el padre Julio Santamaría, español y marianista, que se instala en el colegio y comienza a colaborar en la capilla.
“Estuvo hasta este año en el que viajó a Guatemala. Durante todos estos años colaboró muchísimo para que todo esto funcione”, cuenta Rosa Elizete de Perata, una de las que conforman el grupo de trabajo.
Además de Rosa, participan, entre otras, María Luján Santillán y Rodolfo Linares. En este momento, colaboran alrededor de 30 personas, entre las que hay profesionales y especialistas en distintas áreas.
Lo que parece una interminable lista de actividades poco conexas entre sí es, en realidad, la precisa cantidad de talleres y clases que ofrece el incansable grupo de personas –la mayoría mujeres– que trabaja alrededor y en la Capilla Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.
Este grupo organizó, además, una procesión que convocó a cientos de fieles que recorrieron la ciudad con la imagen de la Virgen de San Nicolás. Fue el jueves y se realizó por cumplirse los 25 años de la aparición de la Virgen en la localidad bonaerense de San Nicolás.
Los fieles partieron de la parroquia San José, en Lavalle 988, y llegaron hasta donde está ubicada la capilla, en Remedios de Escalada 1348. Allí celebraron una misa y repartieron algunas bebidas y comida.
La elección de la iglesia no fue casual: la capilla está dentro de la jurisdicción parroquial de San José. La influencia principal, sin embargo, es otra.
“Desde siempre nos han ayudado mucho los Maria-nistas. La misa de los sábados, por ejemplo, la da un cura de esa congregación que viene especialmente desde Buenos Aires”, cuenta María Teresa Pacheco de Linares, una de las señoras que colaboran diariamente con la capilla, que aclara que una vez por mes lo reemplaza el sacerdote benedictino Héctor Lordi.
Los comienzos
El “desde siempre” llega hasta mediados de la década del 80´. En ese momento, varias vecinas, preocupadas porque no había en el barrio Emilio Mitre una iglesia o un lugar adecuado para rezar, empezaron a juntarse en la sociedad de fomento.
Al poco tiempo, perdieron ese espacio y empezaron a juntarse en el garage de Mirta de Lobato, una de las señoras que participaban en ese momento y ahora no vive más en Junín.
Aunque el espacio propio parecía todavía quedar lejos, a fines de la década del 80´, consiguieron un terreno y comenzaron a construir la Capilla, que se terminaría en 1992. Ya en ese momento la ayuda de los hermanos marianistas que vivían en nuestra ciudad fue fundamental para llevar a cabo el proyecto.
“Trabajamos mucho y todos pusimos el cuerpo para terminar la Capilla. Fue un esfuerzo muy grande”, cuenta Elizabeth Cuatrocci.
A principios de esta década los hermanos maria-nistas dejan de tener una casa en la ciudad. El reemplazo llega de inmediato con el padre Julio Santamaría, español y marianista, que se instala en el colegio y comienza a colaborar en la capilla.
“Estuvo hasta este año en el que viajó a Guatemala. Durante todos estos años colaboró muchísimo para que todo esto funcione”, cuenta Rosa Elizete de Perata, una de las que conforman el grupo de trabajo.
Además de Rosa, participan, entre otras, María Luján Santillán y Rodolfo Linares. En este momento, colaboran alrededor de 30 personas, entre las que hay profesionales y especialistas en distintas áreas.